Espiritualidad Franciscana

Ambas campañas suelen abrazarse porque van seguidas. En la Iglesia todo debe estar unido. Este año celebramos la Campaña contra el hambre en el mundo el domingo 9, con ese aldabonazo que supone para nuestras conciencias consumistas el lema "Compartir, es nuestra mayor riqueza".
Dos días más tarde nos llega la festividad de Lourdes centrada en el enfermo. Ambas jornadas van precedidas de campañas que se entrelazan. La lucha contra el hambre tiene su gran preludio con el día del ayuno voluntario que cada vez encuentra más acogida y compromiso en el pueblo de Dios.
La Jornada del enfermo se encuadra plenamente en el año jubilar que está celebrando la Iglesia con el lema "Pereginos de la Esperanza". Lema que pareciera estar hecho a medida de las incontables caravanas de enfermos que se congregan en el santuario de Lourdes el once de febrero y todos los días del año. Todos los peregrinos llevan en el alma la esperanza de curación. Su esperanza no queda defraudada porque vuelven con la paz y la alegría de haber conseguido la sanación o esa fuerza y consuelo que les permite abrazar la enfermedad sin desespero.
El alma franciscana es un alma de solidaridad, esperanza y ternura. Cuando vuelve su mirada a San Francisco se ve abochornado si su vida y enseres no tienen el sello de la sobriedad. Cuando vuelve su mirada al hermano su corazón se ve arrastrado por la solidaridad y el cariño. Veamos los textos que inspiran la conducta en estos dos campos:
-"Los franciscanos seglares comprométense en reducir las exigencias personales para poder compartir mejor los bienes espirituales y materiales con los hermanos, particularmente los últimos".
-"De conformidad con el Evangelio, los franciscanos seglares dan su sí a la esperanza y a la alegría de vivir. Ofrecen su colaboración para aminorar la angustia y el pesimismo de cada a un futuro mejor".
Si a estos dos textos añadimos el deseo de san Francisco de cuidar a los enfermos como una madre a su hijo, sentiremos que "compartir es la mayor riqueza" y, "estar al lado de los que sufren un camino de claridad".
Fr. Valentín Martín